jueves, 7 de abril de 2011

Para reflexionar

 

Las actitudes

Ficha n°11

Las actitudes son un tipo de diferencias individuales que afectan el comportamiento de los individuos. Se puede definir como las tendencias relativamente durables de emociones, creencias y comportamientos orientados hacia las personas, agrupaciones, ideas, temas o elementos determinados. Tanto la gente importante en la vida de la persona, como los factores genéticas tienen influencias en las actitudes del individuo.

Poseen tres componentes que ayudan a comprender su complejidad y la relación fuerte que existe entre actitud y comportamiento. Tales componentes son:

• Componente cognoscitivo: Es el sector de opinión o de creencia de la actitud. Por ejemplo la creencia que hombres y mujeres somos iguales, es una opinión que corresponde a este componente.

• Componente afectivo: Se refiere al sector emocional o sentimental de la actitud. Por ejemplo si una persona dice: aprecio a mi jefe, porque nos trata con respeto, está reflejando este componente de la actitud.

• Componente del comportamiento: Se refiere a la intención de un individuo, al comportarse de cierto modo hacia una persona o hacia un objeto. Por ejemplo continuando con el ejemplo anterior esa persona podría invitar a una reunión para agasajar a su jefe.

Los tres componentes coinciden en un punto. Todos ellos expresan evaluaciones del objeto de la actitud. Así, las creencias pueden ser favorables o desfavorables; los sentimientos positivos o negativos, y el comportamiento de apoyo u hostilidad.
Las actitudes están fundamentadas en las creencias. El proceso es el siguiente:

- Creo determinadas ideas acerca de mí, acerca de los demás y acerca de la vida.
- Estas creencias forman una actitud ante la vida, ante los demás y ante mí mismo.
- Esta actitud genera las conductas, que son formas de reaccionar al exterior.

Fuente de actitudes
Las actitudes, al igual que los valores, se adquieren de los padres, los maestros y de los miembros de grupos con quienes se interactúa.
En los primeros años, se comienzan a moldear las actitudes a partir de aquellos a quienes se admira, se respeta o tal vez hasta se teme.
Se observa la forma cómo se conducen la familia y los amigos y se modelan las actitudes y comportamientos alineándose con los de ellos.
La publicidad, por ejemplo, trata de modificar las actitudes hacia ciertos productos: marca de cigarrillos, productos o servicios, al presentarlos como elementos que llevarán al éxito, lo que crea una actitud positiva hacia ellos y lleva a la persona a comparar esos productos.
Tanto las actitudes como la conducta están moldeadas por otras personas, por el entorno social.

Los diferentes tipos de actitudes
Se distinguen las actitudes personales, familiares y colectivas.
Las actitudes personales están directamente relacionadas con el desarrollo de la personalidad y con la propia experiencia, están vinculadas a los roles del individuo.
Las actitudes familiares se relacionan con la herencia, el ambiente familiar, la cultura, el nivel social de la familia, el tipo de alimentación, en suma, con todo lo que es característico de la familia.
Las actitudes colectivas comprenden los estereotipos y los prejuicios socilales.

Teoría de la disonancia cognoscitiva

Fue propuesta por León Festinger, que intentó explicar la relación entre las actitudes y el comportamiento. Propone que la disonancia cognoscitiva se refiere a cualquier incompatibilidad que exista entre dos o más actitudes o entre comportamientos y actitudes. Esta incompatibilidad es incómoda, y por lo tanto los individuos tratan de disminuirla por los medios posibles.

Sin embargo la disonancia no se puede evitar nunca por completo. Festinger propone además que el deseo de disminuir la disonancia se encontraba determinado por la relevancia de los elementos (a poca importancia la presión por corregir será menor), el nivel de la influencia que la persona cree que posee sobre los elementos y los factores de recompensa, influyen en el grado en el que los individuos se sentirán motivados a disminuir la disonancia.

Actitudes a desarrollar

• Asertividad: que implica expresar sentimientos, pensamientos y deseos de manera clara, directa y oportuna. Una persona asertiva sabe expresar directa y adecuadamente sus opiniones y sentimientos (tanto positivos como negativos) en cualquier situación social.

• Saber comunicarse: adecuadamente a nivel familiar, grupal y con personas de otras áreas sociales.

• Tener conocimiento de sí mismo: saber cuáles son sus capacidades y sus limitaciones.

 

La persona y los grupos

Ficha n°10

Los grupos pueden ser formales o informales. Por grupos formales nos referimos a los que define la estructura de la organización, con asignaciones determinadas de trabajo que fijan tareas. En los grupos formales, el comportamiento de los individuos está estipulado y dirigido hacia las metas de la organización. Los seis miembros de la tripulación de un avión son ejemplo de un grupo formal.

En cambio, los grupos informales son alianzas que no tienen una estructura formal ni están definidos por la organización. Estos grupos son formaciones naturales del entorno laboral que surgen en respuesta a la necesidad de contacto social. Tres empleados de diferentes departamentos que comen periódicamente juntos son un ejemplo de grupo informal.

Las razones más frecuentes para unirse a un grupo se relacionan con necesidades como lograr:

Seguridad: Al unirse a un grupo los individuos reducen la inseguridad de "estar a solas". Se sienten más fuertes, tienen menos dudas personales y resisten mejor las amenazas cuando pertenecen a un grupo.
Estatus: Entrar en un grupo que los demás consideran importante confiere a los miembros reconocimiento y una posición.
Autoestima: Los grupos infunden en las personas sentimientos de valía; es decir, además de comunicar una posición a los foráneos, pertenecer a un grupo, también fomenta la sensación de valer a los propios integrantes.
Afiliación: Los grupos satisfacen necesidades sociales. A las personas les gusta el trato frecuente al que se prestan los grupos. Para muchas personas estos intercambios en el trabajo son el principal satisfactor de sus necesidades de afiliación.
Poder: La acción de un grupo consigue a menudo lo que no puede el individuo solo. Hay una fuerza en la suma.
Consecución de metas: Hay ocasiones en las que se requiere más de una persona para realizar una tarea: cuando hace falta reunir dotes, conocimientos o fuerza para terminar el trabajo. En tales casos, la administración recurre a un grupo formal