lunes, 30 de mayo de 2011

Personalidad Madura

Ficha 13

Personalidad axiológicamente madura

Uno de los criterios considerados, para determinar la madurez es la orientación hacia unos determinados valores, la persona guiada por esta orientación adquiere una «filosofía unificadora de la vida»; es decir, estos valores permiten dar una orientación y un sentido a su actuar.

Un estudio psicológico sobre este tema es el de Charlotte Buhler dedicado al examen de la biografía de muchos individuos, famosos unos y otros de tipo medio. Hay en cada persona algo especial por lo que vive, un propósito principal. Los objetivos varían en los diversos individuos. Existen personas que se concentran en un gran objetivo único; otras, tienen una serie de propósitos definidos. Un estudio paralelo en suicidas muestra que la vida únicamente se hace intolerable a los que no encuentran un objetivo al cual puedan orientarla.

En la infancia, faltan los objetivos al principio, en la adolescencia están vagamente esbozados; en la madurez pronto se definen. Se puede decir que en las personalidades maduras, la «dirección» es más marcada, más enfocada al exterior que en las vidas menos maduras. (Gordon Allport. La personalidad). El poseer una orientación hacia valores determinados posibilita a la persona encontrar un sentido existencial y, por ende, un sentido a su vida, el cual se revela en su proyecto de vida, característica de las personalidades maduras capaces de llevar a cabo emprendimientos que lo desarrollen profesional y humanamente.

«No hay ninguna actividad en la que no haya una parte de aprendizaje, pero si el aprendizaje es muy fácil se puede decir que está ayudado por una capacidad hereditaria».

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Hacia la búsqueda de la madurez

¿Qué es personalidad madura?

Se puede hablar de personalidad madura, cuando existe un equilibrio entre los distintos componentes de la personalidad de manera conciente donde la conducta está controlada por el raciocinio, según Gordon Allport se manifiestan en esa conducta «tres características diferenciadoras» que son:

1. «Una variedad de intereses autónomos», en otros términos, poder encaminarnos

hacia el logro de objetivos propuestos discriminando actitudes egoístas o egocéntricas como la autocompasión o la autojustificación.

2. «Auto-objetivación», es el desprendimiento de uno mismo para poder analizar objetivamente las pretensiones con el verdadero potencial, es poder comparar, sin que nos dañe, nuestras posibilidades con las de otros y por sobre todas las cosas en donde exista el sentido del humor. Se dice que una personalidad inmadura carece de sentido del humor.

3. «Una filosofía unificadora de la vida, que no es precisamente comulgar con algún gran filósofo griego, sino que permite que la persona actúe y medite, viva y ría», de acuerdo con alguna abarcadora filosofía de vida (orientación hacia objetivos que permiten dar sentido a la vida), desarrollada de acuerdo a sus propios requerimientos y que le muestra su lugar entre todas las cosas».

Criterios de madurez

Ante situaciones internas o externas que dificultan la formación de una personalidad equilibrada, la posibilidad de desarrollar una intelectualidad crítica propia, poder analizar objetivamente con inteligencia y juicio crítico todo lo que nos sucede, es que podemos contrarrestar enfoques deformados o con desajustes que se nos presentan en el transcurso de la socialización, o en el proceso mismo de educación, ya sea formal o informal, deliberado o no.

La edad, indefectiblemente, está relacionada con la madurez, porque la experiencia juega un papel preponderante, es uno de los componentes para el desarrollo de la personalidad y por ende de la personalidad madura.

Con la experiencia y la capacidad de observación de otros, es posible acrecentar el conocimiento para saber dar pasos a la hora de tomar decisiones o realizar algo.

Se aprende a asimilar frustraciones sin adjudicar, necesariamente, a factores externos la razón de nuestros fracasos, cuando en realidad se debe a nuestras limitaciones, torpezas o exagerada ambición, apuro o intolerancia.

Características de la personalidad madura

Todas las personas tienen una estructura base o disposición biológica para construir su personalidad y, el contacto con el medio, la va desarrollando. La meta del desarrollo de la personalidad es alcanzar la madurez plena.

Como hemos visto no es fácil determinar qué es madurez en cuanto a la personalidad.

A continuación, se presenta una serie de rasgos que se consideran son propios de la personalidad madura. Sin embargo, esto no significa que todos los rasgos deban aparecer en una misma persona, además el grado o la intensidad con que aparecen no son los mismas de un sujeto a otro, tenemos que tener en cuenta que es un perfil ideal hacia el cual se debe focalizar la fuerza de voluntad.

1. Conocimiento de sí mismo

Es reconocer las capacidades, cualidades y valores que posee uno mismo, así como las deficiencias, debilidades y tendencias de acción que le son características.

Esto le ayudará a saber aceptarse tal cual es, no buscará metas irrealizables, porque manejará con prudencia sus limitaciones y le dará la posibilidad de buscar el complemento para las mismas.

2. Estabilidad emocional

El control en la integración de aspectos motivacionales como: los impulsos y las necesidades con los diferentes estados afectivos, los sentimientos y las emociones sumadas al pensamiento y a la voluntad, hacen que una persona pueda reaccionar de manera moderada y estable ante los distintos estímulos.

El pensamiento o raciocinio impide la aparición de reacciones emocionales primitivas o por impulsos, son los que posteriormente ocasionan mucho daño en las relaciones interpersonales y con uno mismo.

3. Autonomía del yo

Significa no depender totalmente de otros para el cumplimiento de normas sociales. Supone, actuar tal como es y de acuerdo con sus criterios, valores y conciencia, pero sin que eso implique transgredir normas o leyes a las cuales todos los individuos están sujetos en cualquier sociedad. Debe poseer, además, la capacidad de tomar sus propias decisiones, que no significa precisamente desoír otras opiniones.

4. Capacidad de autoevaluación

Es desarrollar la capacidad de juzgarse a sí mismo y reconocer cuándo actúa bien o mal, y qué aspectos positivos y negativos posee. Esta postura posibilita el cambio y la superación permanente. Ayuda a ser realistas y a querer mejorar permanentemente.

5. Capacidad de aceptar riesgos y responsabilidades

Esto es ser consciente de que cualquier acción implica siempre algún tipo de riesgo y que se debe correr, siendo responsable de las consecuencias de los actos. Es cuando se asume un compromiso que puede llevar al éxito o al fracaso, pero que permitirá la superación y el crecimiento personal, puede ser un ascenso laboral, iniciar un proyecto, asumir un cargo que le confían a un estudiante para representar a sus compañeros, etc., solo el que se arriesga puede medir posteriormente su capacidad.

6. Fuerza de voluntad

Elemento importante para canalizar y organizar la fuerza o impulso interior, hacia el logro de un objetivo. Es el que da perseverancia, impide que se desvíe la dirección del actuar de las personas y el que permite culminar una actividad, evitando cambios continuos de planes y responsabilidades. Permite separar la fantasía exagerada que en ocasiones entorpece la concreción de las acciones.

7. Capacidad de convivencia

Es poder adaptarse e integrarse a los demás. Es aceptar y respetar las necesidades, derechos y motivos de otros, en ocasiones, incluso sobre el propio. Es dejar de pensar solo en los beneficios de uno para pensar en el beneficio del grupo, es ser capaz de trabajar en equipo acatando las disposiciones que emanan de éste. Es llegar a la comprensión de que aportando en la construcción para el bienestar de los demás, se ha logrado desarrollar la capacidad de amar.

8. Creatividad

La persona en su actuar posee una característica que la diferencia de los demás, es auténtica en su proceder y desarrolla una individualidad sin agredir la percepción de los que conviven con ella. Tratará además, de ser consecuente con su manera de concebir la vida humana. Aporta ideas nuevas y no se satisface con lo que ha alcanzado. Sabe que puede dar más, sin llegar a la ambición desmedida, y eso la mantiene en permanente búsqueda y curiosidad.

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